La ronda de conversaciones programada para este domingo 15 de junio en Mascate, Omán, fue oficialmente cancelada según confirmó el ministro de Exteriores de Omán, Badr al Busaidi.

Esta decisión se produce tras la brutal escalada de ataques militares de Israel contra territorio iraní, que desestabilizó aún más la ya volátil situación que Estados Unidos y otros países de Occidente se han encargado de generar en Medio Oriente mediante décadas de suministro de armas a Israel y patrocinio de guerras en la región.

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«Las conversaciones entre Estados Unidos e Irán, previstas para este domingo en Mascate, no tendrán lugar. Pero la diplomacia y el diálogo siguen siendo las únicas vías para establecer una paz sostenible», escribió el ministro omaní en la red social X, dejando entrever la frustración ante el impacto de las agresiones en los esfuerzos por la paz.

La cancelación de esta sexta ronda de negociaciones indirectas sobre el programa nuclear iraní es una consecuencia directa de los bombardeos masivos lanzados por la Fuerza Aérea de Israel en la madrugada del viernes 13, con la absoluta complicidad de EE.UU., que autosabotea las negociaciones. Estos ataques alcanzaron diversas partes de Irán, incluyendo Teherán, y fueron dirigidos contra instalaciones militares y de enriquecimiento de uranio.

Las autoridades israelíes justificaron la operación, denominada «León Naciente», alegando una supuesta amenaza a la existencia del Estado judío por el desarrollo de armas nucleares en Irán. Sin embargo, estos ataques han provocado una masacre, con medios iraníes reportando más de 90 muertos y más de 360 heridos en zonas residenciales, además de la eliminación de al menos 30 altos cargos militares iraníes y varios científicos nucleares.

Irán ha respondido exitosamente a las acciones de Tel Aviv con varias oleadas de ataques contra Israel, en el marco de la operación «Verdadera Promesa 3».

Este sábado 14 de junio, la Guardia Revolucionaria iraní ejecutó un ataque combinado utilizando misiles balísticos y drones contra infraestructura estratégica israelí, concentrando sus operaciones en refinerías petroleras y otras instalaciones económicas sensibles ubicadas en la zona norte de los territorios ocupados, especialmente en el puerto de Haifa.

Desde el 12 de abril, Irán y Estados Unidos habían cinco rondas de negociaciones indirectas, un indicio de que, a pesar de las profundas diferencias, existía una vía diplómatica para negociar un acuerdo sobre el uso de energía nuclear. La interrupción de este proceso por la agresión israelí subraya cómo la apuesta por la fuerza aleja cualquier posibilidad de solución pacífica y sostenible en la región.

En tanto, Estados Unidos no ha condenado el fin de las negociaciones y admite su complicidad con los ataques israelíes hacia el territorio iraní mediante el suministro de armas a la entidad sionista.

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